lunes, 25 de noviembre de 2013

Mindfulness también influye a nivel celular (Reporte técnico)




Las células del ser humano también experimentan el denominado Envejecimiento celular.

También a nivel celular podemos encontrar cambios relacionados con la práctica del mindfulness. Los cambios psicológicos positivos que ocurren durante la meditación provocan una mayor actividad de la telomerasa, según un estudio publicado en Psychoneuroendocrinology, por un equipo encabezado por Tonya Jacobs y Elizabeth Blackburn, de la Universidad de California. 
Esta última recibió el Nobel por sus trabajos sobre los telómeros y la telomerasa. 
Los telómeros son secuencias de ADN al final de los cromosomas que tienden a hacerse más cortas cada vez que la célula se divide. Cuando los telómeros alcanzan una longitud por debajo de un valor crítico, la célula ya no puede dividirse apropiadamente y termina muriendo. La telomerasa es una enzima que puede reconstruir y alargar los telómeros. 

Los resultados obtenidos son producto del proyecto Shamatha, uno de los primeros estudios detallados a largo plazo o longitudinales y con grupos de control sobre los efectos, psicológicos y fisiológicos, del entrenamiento intensivo en meditación. 
Este estudio es el primero en ligar el bienestar psicológico con niveles más altos de telomerasa, una enzima que es importante para la salud a largo plazo de las células. El efecto de la meditación habría que atribuirlo a los incrementos en la capacidad de los sujetos para afrontar el estrés y mantener sentimientos de bienestar. 

Este equipo de investigación midió la actividad de la telomerasa en los participantes en el proyecto Shamatha al finalizar un periodo de tres meses de retiro intensivo. 
El estudio se realizó con sesenta voluntarios divididos en dos grupos: uno recibió entrenamiento en meditación dirigido por un especialista, consistente en sesiones grupales de meditación dos veces al día y meditación individual seis horas diarias. 
El otro grupo, el grupo control, realizó otras actividades durante el retiro. Ambos grupos eran similares en cuanto a edad, sexo, educación y experiencia en la meditación, y fueron evaluados simultáneamente y el mismo lugar. La actividad de la telomerasa era un tercio más alta en los participantes que habían meditado. 
Estos sujetos también mostraban incrementos en diversas variables psicológicas, como el control percibido sobre la propia vida y el entorno, autoconsciencia entendida como la capacidad de observar la propia experiencia de forma no reactiva, y la sensación de propósito en la vida en cuanto a verla llena de sentido, digna de ser vivida y en línea con los valores y objetivos a largo plazo. 
Además disminuyeron en una variable: el neuroticismo consistente en la tendencia a experimentar estados emocionales negativos. 

Los investigadores concluyeron que la alta actividad de la telomerasa se debía a los efectos beneficiosos de la meditación sobre el control percibido y el neuroticismo, que a su vez eran debidos a los cambios en autoconsciencia y en propósito en la vida. 
Esto apunta a que no es que la meditación incremente directamente la actividad de la telomerasa y, por lo tanto, la salud de una persona y su longevidad. Más bien se trata de que la meditación mejora el bienestar psicológico, y estos cambios son los que están relacionados con la actividad de la telomerasa en las células inmunitarias, con el consiguiente potencial de promover la longevidad en esas células.

Con esto terminamos el tema relacionado con los efectos y sus consideraciones que el Mindfulness ofrece.

Seguiré compartiendo información.

Don Emilio Garza

lunes, 18 de noviembre de 2013

Consideraciones a los efectos del Mindfulness


Después de haber comentado los efectos del Mindfulness, es momento de establecer algunas consideraciones al respecto.


Marsha Linehan ha definido las características de la mala regulación emocional como:

1) Dificultad para inhibir un comportamiento inapropiado motivado por una emoción intensa.

2) Dificultad para organizarse uno mismo para lograr las metas propuestas.

3) Dificultad para regular la activación fisiológica provocada por el estado emocional intenso.

4) Dificultad para centrar la emoción cuando el sujeto se encuentra emocionalmente estimulado.

Esto se relaciona con lo que Ekman llama “periodo refractario”, o lo que Davidson llama “función de recuperación”, es decir, el tiempo que una persona queda “a merced” de una emoción muy intensa, regresando luego a su tono emocional “normal”. 
Una pobre capacidad de autorregulación emocional tiene numerosas repercusiones desfavorables, entre ellas la dificultad para establecer relaciones interpersonales maduras y un sentido inmaduro del “sí mismo”.

La práctica sistemática de mindfulness ha demostrado una particular efectividad en la mejora de la capacidad de autorregulación emocional, pues disminuye el periodo refractario y aumenta tanto la experiencia como la expresión de emociones positivas. 
La capacidad de autorregular las emociones se va debilitando debido al desgaste generalizado en el organismo a lo largo del tiempo, por lo que situaciones que antes eran percibidas como inofensivas para la persona, pueden provocar reacciones emocionales desmedidas. 
La práctica del mindfulness supone una mejor autorregulación emocional que permite a la persona responder ante los acontecimientos percibidos como amenazantes o estresantes de una manera más ajustada, tanto para ella como para su entorno.

• Disminución de la tendencia a la “rumiación”, que es la tendencia a “quedarse pegado” en pensamientos negativos. Esta es una causa de recaídas en la depresión, se observa también en estados de ansiedad y estrés, y es la responsable de incrementar los niveles subjetivos de malestar y con él, la vulnerabilidad de la persona y la posibilidad de cronificar -posibilidad de hacer crónico, repetitivo, algo- respuestas disfuncionales ante situaciones cada vez más inocuas. 
Mediante la práctica de la atención plena el “canal” de la conciencia se entrena para ser “llenado” con datos provenientes del momento presente, inhabilitando el circulo vicioso de la rumiación, lo que tiene un efecto positivo en la disminución de patrones automáticos vinculados a la depresión, ansiedad y estrés.

• A través de su validación empírica, los estudios sugieren que la práctica meditativa ayuda en el tratamiento de distintos desórdenes, por ejemplo: trastornos psicosomáticos, ansiosos y de la conducta alimentaria, y ayudan a reducir las puntuaciones de ansiedad y depresión. Los tratamientos basados en mindfulness han sido eficaces también en la disminución del malestar psicológico, aumentando el grado subjetivo en que los pacientes consideran haber alcanzado sus objetivos terapéuticos.

• En cuanto a la desactivación de automatismos, Siegel ha realizado la distinción entre procesos neurológicos de arriba-abajo y de abajo-arriba. 
Los primeros, arriba-abajo, se refieren a cuando el individuo filtra la percepción de la realidad, mientras que el proceso inverso, abajo-arriba, describe el ingreso de información “fresca” desde los órganos sensoriales. Los procesos de arriba-abajo, si bien poseen un innegable valor adaptativo y de supervivencia, crean predicciones y esclavizan la interpretación de la experiencia, no permiten la novedad e interpretan la realidad en base a patrones ya conocidos. 

En cambio los procesos de abajo- arriba amplían los matices de la experiencia, ya que se tiene acceso a ella con mayor nitidez y de forma inmediata y no filtrada por expectativas. 
El mindfulness favorece estos procesos de abajo-arriba, favoreciendo la llegada de mayor riqueza informativa a las regiones prefrontales, favorece así la flexibilidad de dar una respuesta, desconectando de esta forma lo que Davidson denominó automatismos. 
Vicente Simón denomina a este proceso a través de las siglas “SODA”: “si observas desconectas el automatismo”. 

Hasta aquí dejo esta entrega, para dar oportunidad a que asimiles el contenido del texto que considero por demás importante.
Hasta pronto.

Don Emilio Garza

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Qué efectos se atribuyen al Mindfulness? -parte 2-






Continuamos con los efectos que se atribuyen al Mindfulness.

Efectos en la estructura del cerebro:


Con la edad la corteza cerebral adelgaza, esto provoca una pérdida de materia gris considerable. La investigación apoyada en resonancias magnéticas llevada a cabo por la doctora Sara Lazar, investigadora del Hospital General de Massachussets demostró la existencia de cambios estructurales en el cerebro con la práctica de la meditación.
Imagínate, la dra. Lazar estudió los cerebros de veinte voluntarios occidentales que poseían una experiencia de unos nueve años de promedio en la práctica de la meditación. El resultado más notorio fue que en el cerebro de los meditadores existía un grosor mayor de la corteza cerebral, comparado con los sujetos del grupo control, en tres zonas: la ínsula anterior, la corteza sensorial y la corteza prefrontal.
Estas zonas están relacionadas con los procesos de atención, la memoria de trabajo que permite mantener los pensamientos el tiempo suficiente para poder reflexionar sobre ellos, la toma de decisiones y la resolución de problemas.

El aumento de grosor se muestra directamente proporcional al tiempo dedicado a la práctica meditativa a lo largo de su vida. Esta investigación y algunas otras similares, demuestran que la experiencia de mindfulness, no sólo provoca cambios funcionales transitorios, sino que también deja huellas estructurales en el cerebro.

Esto significa que, si la experiencia es suficientemente prolongada, produce cambios de rasgo, es decir, perdurables, y no meramente de estado o circunstanciales.

El aumento de volumen de las áreas relacionadas con las emociones, apunta a que las personas que meditan regularmente tienen una habilidad singular para cultivar las emociones positivas, mantener la estabilidad emocional y comportarse de manera cuidadosa, según señala Judson A. Brewer, profesor de psiquiatría y autor principal de un estudio, publicado en la revista “Proceedings” de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.

Además, las personas que meditan durante muchos años desarrollan una nueva red neuronal, en la que hay una mayor conciencia de uno mismo y del presente, y menos ensoñación. Es decir, más materia gris y conexiones más fuertes.

En una línea posterior de investigaciones, los resultados apuntan a que las personas que han practicado meditación un tiempo considerable, no sólo tienen más materia gris en el cerebro, sino que además sus cerebros también se encogen menos con la edad y las conexiones neuronales se mantienen más fuertes durante más tiempo.

Esto significa que las neuronas podrían transmitir mejor las señales eléctricas. Los resultados sugieren que los meditadores a largo plazo tienen fibras de materia blanca que son más numerosas, más densas o mejor aisladas por todo el cerebro y que el declive normal relacionado con la edad del tejido de materia blanca se reduce considerablemente en los practicantes activos de meditación.

Efectos en los neurotransmisores:

A partir de los estudios anteriores, Lazar y su equipo también obtuvieron datos acerca de un neurotransmisor esencial, la serotonina, regulador de los estados anímicos.
Descubrieron cambios significativos en la parte del troncoencéfalo implicada en la producción de serotonina.
Esta zona se volvía más densa al cabo de tan solo ocho semanas de práctica de mindfulness. Y el aumento era mayor en sujetos que hacían más práctica. Coincidían éstos con los que referían mayor incremento en la sensación de bienestar.

Efectos psicológicos:

Estos cambios en la estructura y función cerebral apoya lo que los practicantes de mindfulness vienen atestiguando desde hace miles de años: que la práctica cambia el funcionamiento de nuestra mente y la percepción de la vida, mejorando la sensación de bienestar, calma, equilibrio y la capacidad de afrontar la vida de forma satisfactoria.

A nivel psicológico, la práctica sistemática de mindfulness genera múltiples beneficios, que se manifiestan tanto a nivel de auto percepción general del individuo como en el desarrollo de habilidades especificas. Un resumen de las principales aportaciones a nivel psicológico relativas a la práctica meditativa de mindfulness según Siegel y que tienen un impacto positivo en el bienestar general son:

Desarrollo de la habilidad de “descentramiento”, que es la capacidad para observar pensamientos, emociones y sensaciones corporales tanto negativas como positivas sin dejarse llevar por las reacciones automáticas que estas provocan.
Esta habilidad abre la posibilidad de ampliar el repertorio conductual explorando abordajes alternativos a las situaciones cotidianas y por lo tanto, de relacionarse con la experiencia de una manera nueva y más sana, trascendiendo condicionamientos muchas veces disfuncionales y permitiendo así romper círculos viciosos que perpetúan el estrés.

Validación y aceptación de la propia experiencia, lo que facilita la detección temprana de señales físicas, emocionales y mentales relevantes a la hora de prevenir situaciones conflictivas o potencialmente “peligrosas”, como pueden ser por ejemplo los síntomas físicos del estrés incipiente.

Desarrollo de la capacidad de autorregulación emocional. La autorregulación se define como el proceso mediante el cual los seres humanos establecemos metas, objetivos y logros y evaluamos nuestro comportamiento propio en función de los planes que nos hemos trazado, en un contexto de retroalimentación constante.

Como podemos observar, existen efectos importantes atribuidos a la práctica del Mindfulness.

Hasta aquí dejo el escrito por ahora, seguiré escribiendo.

Don Emilio Garza

miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Qué efectos se atribuyen al Mindfulness? -parte 1-

Iniciamos este nuevo tema, afirmando que existen diversas pruebas desde una investigación seria y sustentada, acerca del efecto que tiene la práctica del Mindfulness. Las pruebas se refieren a la práctica formal. Estas investigaciones apoyan cambios ocasionados tanto en la experiencia interior así como en la conducta eterna, haciendo evidentes cambios en la función y estructura cerebral.

Revisemos los Efectos en la función del cerebro.
Uno de los estudios, realizado en el Laboratorio para la Neurociencia Efectiva de la Universidad de Wisconsin, que realizó el Dr. Richard Davidson, parte del sustento sobre las personas que presentan desasosiego muestran una mayor actividad en la zona prefrontal derecha. Esto es notorio en personas ansiosas, deprimidas o en estado de hiperalerta continua. Por el contrario, las personas contentas y relajadas habitualmente, presentan mayor actividad en la zona prefrontal izquierda.

Como resultado de cientos de mediciones de la activación de estas zonas en diferentes personas, encontraron cambios espectaculares en la activación prefrontal izquierda de meditadores experimentados. 
Una de las posibilidades era que estos sujetos, precisamente por esa mayor activación, hubieran elegido practicar la meditación. Para neutralizar esta posibilidad, el mismo Davidson, junto con Jon Kabat-Zinn entrenaron a un grupo de trabajadores de una empresa tecnológica sin experiencia meditativa con un programa intensivo de ocho semanas, mientras escogían un grupo de control que no realizaba el entrenamiento. Los dos grupos iniciaron con una mayor activación de la zona derecha, encontrando que al finalizar el entrenamiento, el grupo que había practicado el mindfulness, además de presentar una mejora en su estado anímico, presentaba un incremento notable de activación en la zona prefrontal izquierda.

Revisemos ahora algunos Efectos Inmunológicos.
Los mismos sujetos estudiados, meditadores y no meditadores, recibieron una vacuna antigripal. Entre la 4a. y la 8a. semana de la administración de esta vacuna, se midieron los niveles plasmáticos de anticuerpos de los sujetos y se encontró que aunque todos ellos experimentaban incrementos en dichos niveles, los sujetos del grupo de meditadores tuvieron incrementos significativamente mayores que los sujetos del grupo control. La meditación potenciaba por tanto la producción de anticuerpos. Estos hallazgos abren la posibilidad de poder estudiar con mayor detalle la influencia positiva provocada en el sistema inmunitario, por ejemplo investigando los efectos en enfermedades autoinmunes, infecciones o procesos tumorales. Hoy al menos está validada la influencia del mindfulness en la producción de anticuerpos.

Por hoy aquí termino esta entrega. Continuaré pronto.

Don Emilio Garza