domingo, 20 de octubre de 2013

La reunión entre el cuerpo y el estrés se da en LA RESPIRACION

 
 
La respiración consciente es un medio realmente efectivo para minimizar los efectos ligados a la ansiedad, pues es imposible permanecer tensos y angustiados cuando respiramos consciente y pausadamente.
Nuestra respiración es la única de las funciones corporales vitales que permanece bajo el control del Sistema Nervioso Central, es decir que la función respiratoria funciona como un mecanismo de enlace entre la actividad nerviosa involuntaria y la función nerviosa controlable conscientemente, convirtiéndose así en una inmejorable oportunidad para aumentar nuestra competencia en el manejo de las tensiones, estando siempre disponible sin condiciones en toda ocasión.
 
¿Cómo es que interaccionan en nuestro cuerpo el estrés y la respiración?
Observemos que el punto de encuentro entre ambos elementos es un músculo, "el diafragma", situado bajo los pulmones. Su grado de tensión modifica la respiración y como resultado, el grado de oxigenación de nuestro organismo, si el diafragma está bajo los efectos de la tensión, presiona los pulmones hacia arriba, causando una pérdida del volumen total del aire usado en cada ciclo respiratorio.
 
Veamos cómo afecta la tensión del estrés.
Cuanta mayor tensión llegué al diafragma, aumenta el grado de opresión en los pulmones y nuestra respiración se vuelve más agitada. Como una reacción, la respiración agitada provoca tensión en otros músculos al hacer más esfuerzo para respirar, con el consecuente mayor desgaste energético. Luego de varios segundos de mantener esta respiración agitada, el ritmo del corazón aumenta, la presión arterial también y el gasto metabólico necesario para mantener el sistema es mayor. Se envía entonces al cerebro una señal de alerta, lo que está lejos de ser una buena idea para eliminar tensiones y así, acabamos de dar inicio al círculo vicioso del estrés.
 
Un aspecto clave del entrenamiento para hacer frente al estrés es aprender a respirar conscientemente y reducir la tensión del diafragma. Si además logramos ejercitar la respiración abdominal, lograremos usar toda nuestra capacidad pulmonar y sin duda la respiración se hará progresivamente más calmada, sin tensión muscular torácica y sin acelerar el ritmo del corazón ni aumentar la presión arterial.
Es aquí donde hemos encontrado el punto de cita privilegiado entre nuestro cuerpo y el estrés: la respiración consciente. Aquí es donde está la puerta de salida al círculo vicioso del estrés, la rueda fatídica.
 
Si aprendemos a detectar las señales que nos avisan de las tensiones, podremos utilizar nuestra respiración para desactivarlas y de este modo mantenemos serenos y calmados. Entrenarnos en la respiración consciente puede llegar a ser una de las destrezas más importantes para mantener la salud y aprender a reducir el estrés en cualquier circunstancia.
Mindfulness nos ofrece la técnica detallada para lograr la respiración consciente, que lamentablemente, no es el proceso instintivo de respirar para sobrevivir.
 
Por ahora, aquí termino esta entrega. No te pierdas el siguiente artículo, "10 píldoras Mindfulness contra el estrés".

Don Emilio Garza

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