miércoles, 16 de octubre de 2013

Mindfulness y el apoyo que ofrece para manejar el estrés

A través de la práctica del Mindfulness podemos sortear la carga que supone el estrés. 
Recordemos en primer lugar, que la situación estresante puede existir realmente o solo en nuestra percepción. Si a través de la atención plena logramos clarificar nuestra visión, podremos discriminar la amenaza real de la imaginaria, reconociendo así los agentes estresantes reales y los que no lo son debido a nuestra percepción errónea.

Después, seremos capaces de responder conscientemente en vez de reaccionar en forma automática, facilitando la identificación a tiempo, de la cadena de automatismos inconscientes, corporales y mentales, que están al inicio de la cadena del estrés: siempre es más fácil intervenir en los primeros eslabones que cuando el proceso ha avanzado. Si logramos observar los hábitos de nuestra mente sin duda identificaremos y podremos modificar aquellos que son generadores de estrés: la interpretación, el juicio, la resistencia, los apegos, la identificación, etc. De esta forma podemos trabajar en la construcción de modelos de pensamientos desechando los filtros mentales innecesarios y haciendo amistad con nuestras emociones a través de una atención no reactiva, accediendo así a un mayor nivel de calma y estabilidad.

Si logramos habitar conscientemente nuestro cuerpo, nos enseñamos a detectar precozmente los signos de tensión que en él se instalan, incluso antes de ser conscientes de la razón o el origen de ellos.
Involucrándonos corporalmente sobre la manifestación de estas contracciones, logramos desactivar la carga negativa de nuestras emociones y pensamientos antes de que se transformen en generadores de estrés. 
Logrando descubrir la unidad cuerpo-mente, vamos desarrollando hábitos saludables en diferentes áreas de nuestra vida, convirtiéndose en un factor de protección frente al estrés. Incluimos una sana relación con el cuerpo (alimentación, ejercicio, descanso, reconocimiento de síntomas...) y la consciencia de nuestra personal forma de habitarlo.

Finalmente, un mayor autoconocimiento, nos permite interpretar mejor el sentido de nuestra vida, transformando la interpretación de sucesos y situaciones de aparente fracaso y comenzando a verlos como oportunidades de aprendizaje. Así neutralizamos su carga generadora de estrés y la transformamos en energía motivadora ante un nuevo reto. Esta es una estrategia sumamente eficaz para gestionar el estrés y el dolor: nos sentimos más dueños de la situación que vivimos y ponemos en juego todos nuestros recursos de forma más creativa.

Algo que aumenta la percepción de amenaza es la identificación con los pensamientos y emociones que aparecen en nuestra mente como consecuencia de ella. Mediante el Mindfulness nos afianzamos en la observación de estos contenidos de nuestra mente sin identificarnos con ellos, dando un paso atrás y aprendiendo a situarnos en la ecuánime y pacífica distancia del observador o testigo: "yo no soy eso".

Mindfulness nos entrena para vivir en el presente, para centrarnos realmente en el ahora independientemente de cómo sea éste, en contraposición con el hábito generalizado de hacer varias cosas a la vez sin realmente estar presentes del todo en ninguna de ellas. Podemos de esta manera, fluir con el momento, aumentar nuestra capacidad de concentración y la percepción de nuestras capacidades y eficacia, poniendo en juego nuestros recursos ante situaciones de gran demanda sin bloquearnos.
Así podemos sentir que vivimos plenamente, apreciamos el momento presente y facilitamos la aparición de estados de ánimo positivos incompatibles con el estrés.

Hasta la próxima.

Don Emilio Garza

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