lunes, 30 de septiembre de 2013

Un poco de historia acerca del estrés


El origen histórico del concepto de estrés con el significado que hoy le damos, surge de la investigación de Hans Selye en 1936, quien desde estudiante de medicina encontró que todos los enfermos que atendía presentaban síntomas comunes y generales tales como cansancio, insomnio y pérdida de apetito entro otros. A este conjunto de síntomas le llamó "síndrome general de adaptación". Después de su posgrado concluyó que muchas enfermedades de tipo orgánico y trastornos emocionales o mentales no eran sino la manifestación de cambios fisiológicos resultantes de un prolongado estrés o tensión en ciertos órganos de choque, aventurando que las alteraciones podrían ser genéticas o por la constitución física del paciente.
Encontró también que el estrés hace referencia a la velocidad a la que se producen los procesos corporales de desgaste": es como revolucionar el motor o pisar el acelerador del organismo, en preparación para la acción, mediante una actividad muscular o de otro tipo.

En cuanto a etimología, "estrés" procede del inglés medieval "stresse" (presión, tensión"), del francés antiguo "estresse" (estrechez), del latín vulgar "estricta" y "strictus" (ajustado, estrecho), participio pasado de "stringere" (ajustar, estrechar).
Según la Health and Safety Commision británica, "el estrés es la reacción de las personas a presiones excesivas u otro tipo de exigencias con las que se enfrentan". Es un término empleado en física para describir la presión ejercida de un cuerpo sobre otro, por lo cual uno de ellos puede sufrir graves daños.
El estrés es la respuesta adaptativa del organismo ante ciertos estímulos, a los que llamamos estresores, que pueden ser físicos o psicológicos, reales o imaginarios, pero que desencadenan una sucesión de fenómenos estereotipados e inespecíficos. 
Es una respuesta automática que depende de la percepción individual y de los recursos disponibles subjetivamente para enfrentar la situación. 
Realmente, estrés es sinónimo de cambio: aparece como respuesta del organismo para protegerse, adaptarse y reajustarse ante nuevas circunstancias.
Cualquier suceso que genere una respuesta emocional puede causar estrés, tanto si se trata de situaciones percibidas como positivas o como negativas. En respuesta a situaciones de peligro el organismo se prapara para combatir o huir, para responder oportunamente y poner nuestra vida a salvo. Pero la respuesta que en situaciones de peligro real puede salvarnos la vida, se convierte en un enemigo cuando se extiende en el tiempo.

Para terminar esta entrega, te dejo esta reflexión:
"Cuando consideramos que somos dueños de la situación, el estrés se convierte en la sal de la vida, en un desafío y no en una amenaza. Cuando nos falta esta sensación, el estrés puede suponer una crisis, lo que es malo para nosotros, para nuestra salud y para nuestra empresa. Si vivimos así nuestro trabajo cotidiano, ello afectará a la velocidad a la que se producen los procesos corporales de desgaste: es el beso de la muerte".

Don Emilio Garza

jueves, 26 de septiembre de 2013

Mindfulness en el manejo del estrés y las enfermedades relacionadas

Las posibilidades de apoyo que el Mindfulness nos ofrece ante el manejo de situaciones de estrés son notorias, pues nos permite desarrollar recursos internos de auto-observación y auto-regulación, que nos permiten desactivar la reacción automática del estrés crónico, al hacer conscientes las reacciones corporales y emocionales ante el acontecimiento o situación estresores, pues aprendemos a detenernos, a hacer una pausa y a responder de manera consciente, rompiendo la cadena que conduce al estrés crónico.

Entrenar la mente para mantenernos plenamente atentos y en el momento presente es precisamente lo contrario a lo que sucede en la reacción crónica del estrés y con ello logramos lo siguiente:
  • Aumentar la capacidad para manejar situaciones estresantes
  • Una mayor claridad en la toma de decisiones
  • Más creatividad en la resolución de conflictos
  • Mantener el equilibrio y el foco mental sostenido en ambientes desafiantes
  • Reducir las reacciones automáticas de estrés, haciendo elecciones conscientes en respuesta a los diferentes desafíos
  • Involucrarnos con los demás a través de relaciones auténticas y genuinas
  • Crear y sostener hábitos de vida y de trabajo saludables
  • Acceder a un mayor nivel de calma y estabilidad
Respecto a las enfermedades es necesario resaltar los siguientes datos.

Las enfermedades crónicas relacionadas con el estrés (enfermedades cardiacas, cáncer, depresión o ansiedad) son la principal causa de muerte en los países desarrollados (según la Organización mundial de la Salud 2010). El gasto total en salud mental se espera que se duplique a partir del 2003 y hasta el 2014, llegando a 239 billones de dólares.  El desafío global es que las personas puedan mejorar sus capacidades psicoemocionales para manejar el estrés, mejorar la atención y autorregular los pensamientos y emociones negativas.

Aquí surge lo más importante, esto es que la práctica del Mindfulness se ha revelado como un medio eficaz para esto, con resultados muy significativos.
Las publicaciones científicas acerca del mindfulness han experimentado un incremento del 2 % en los recientes 10 años. Profesionales médicos, centros hospitalarios y pacientes de todo el mundo se han beneficiado de su práctica y su incremento está siendo exponencial en la venta de productos anti-estrés. 

En el siguiente escrito profundizaremos a hablar acerca del estrés.

Don Emilio Garza

lunes, 23 de septiembre de 2013

Hablemos de estrés, una breve introducción.


Se ha hablado mucho del estrés como "el mal de nuestra época". Pareciera ser que a golpes aprendemos que el ritmo que llevamos la mayoría es un viaje a ningún lado por una autopista que cobra caro y ese pago podríamos llamarlo estrés.

Pero... ¿qué es el estrés? ¿de qué manera nos afecta? ¿cómo manejarlo?
Comencemos por reconocer que el estrés es una reacción innata del organismo cuando encuentra la necesidad de hacer frente a alguna situación que atenta contra el equilibrio entre la demanda percibida y los recursos disponibles.
Realmente esta contraposición entre demanda y recursos es lo que hoy en día hemos hecho como algo normal en nuestra vida, pues el flujo de la vida no es más que el ir y venir del equilibrio entre los dos componentes y la ruptura constante de él.
A este juego de dos componentes le llamamos "homeóstasis", es decir la adaptación natural de los seres vivos compensando los cambios ocurridos a su alrededor.
Démonos cuenta que todo se desarrolla en el marco de crecer, respirar, alimentarnos, dormir, procrear... por eso el constante ir y venir entre ruptura y recomposición constituye el motor mismo de la vida, el desarrollo y la evolución.

Sin embargo, cuando la demanda supera los recursos disponibles para hacerle frente, sea real o según lo percibimos, surge como respuesta el estrés, que es solamente una fuerte activación psicofisiológica del organismo para hacer frente a una situación de emergencia.
Cuando esta reacción es puntual y específica, suele ser útil para responder a la situación que se presente y adaptarnos así a los cambios. 
Sin embargo, cuando esta reacción se vuelve crónica, sin duda se genera un desequilibrio y malestar a nivel físico, mental y emocional, con costos altísimos para el bienestar general y la calidad de vida de la persona, que llega a afectar su rendimiento y sus relaciones. 
No perdamos de vista que si el estrés se mantiene, se perpetúa el estado de alerta y la reacción del estrés se retroalimenta en un remolino perverso en donde el llamado "estrés crónico" genera más estrés.

A manera de introducción aquí termino mi escrito de hoy. Seguiremos tratando el tema.

Don Emilio Garza


martes, 17 de septiembre de 2013

La vida cuántica y el Mindfulness (Parte II)

 
Continuaré con esta segunda entrega tratando de establecer la relación entre los conceptos que maneja "La vida cuántica" -del Dr. Frank Kinslow- y el Mindfulness.
 
En la entrega anterior nos quedamos en el ejercicio propuesto por el Dr. Kinslow, acerca de la observación de tus pensamientos.
 
Ahora viene el siguiente cuestionamiento:
 
¿Dejaste de existir cuando tu pensamiento se detuvo? ¿Entraste en coma o pasaste a un estado de inconsciencia? Desde luego que no.
 
Seguiste ahí, ¿verdad que sí?
 
Bien, si resulta que no eres tus pensamientos y que seguías ahí, ¿entonces, quién eres?
Esa parece ser la pregunta adecuada, ¿no te parece?
 
Si no sabes quién eres, todo lo que hagas carecerá de base, de fundamento. Pasas a convertirte en una persona con amnesia que intenta vivir su vida pero que en realidad no sabe quién es.
  
Para plantarte con firmeza en los fundamentos de la vida, has de saber quién eres. Y puedo garantizarte que por encima de todo no eres una persona con pasado y futuro. Te sorprenderá descubrir que de hecho, eres ilimitado y que lo eres más allá del tiempo y de los problemas.

Observemos más de cerca para comprobar cómo es eso de que estás más allá del tiempo y los problemas. En el intervalo entre pensamientos no había Nada. Pero tú seguías estando consciente. Observabas mientras los pensamientos desaparecían y eran sustituidos por el intervalo. ¿Pero quién observaba el intervalo?
 
Veamos. Allí había Nada, pero tú seguías consciente. No había nada excepto consciencia. No consciencia de algo sino una consciencia pura de Nada. ¿Lo entiendes? ¿Ves hacia dónde vamos? Si no había nada excepto consciencia pura, entonces tú, necesariamente, debes ser esa consciencia pura. ¿Qué otra cosa podrías ser?
Si tu consciencia se identifica con tus pensamientos, recuerdos y planes de futuro, te estarás refiriendo al «yo».
El «yo» son las «cosas» recordadas de tu vida.
El «yo» es tu edad, sexo, tus gustos y preferencias, tus recuerdos. Pero nada de eso existe en el momento en que tu consciencia mira hacia dentro y observa el intervalo entre los pensamientos. Para observar has de ser consciente, ¿verdad? Así pues, en ese momento en que tu mente desconectó, fuiste consciente de la nada que llamamos Nada. Pero descubriste que esa Nada no estaba vacía. La Nada está llena de consciencia pura. Y ahora has resuelto el misterio de quién eres. ¡Eres consciencia pura!
 
¿Te parece imposible? Es un hecho incuestionable. Tu percepción directa ha revelado que eres consciencia pura. Así es. Antes de que el «yo» naciese y se convirtiese en la imagen que reconoces como tú mismo, existía la Nada solitaria y universal de consciencia pura. Detente y analiza la profundidad de esta realización durante un instante... Esperaré.
 
¿Te asombra tu propia inmensidad? ¿Sientes tu propia naturaleza ilimitada y omnipresente? Resulta liberador, ¿a que sí?
Reflexionemos sobre esto un poco más. Recuerda un momento de tu infancia. A continuación, detente para observar un momento de tu adolescencia, de tu joven adultez y del presente.
En cada etapa de tu vida has tenido distintos gustos, deseos y objetivos. Tu cuerpo, mente y emociones también cambiaron.
 
De hecho, Nada siguió siendo igual. ¿Qué es lo que ha permanecido inalterado desde la infancia hasta la adultez? Tu consciencia.
 
En cada etapa de tu vida –no, en cada segundo de tu vida–, mientras tu cuerpo-mente estaba ocupado en convertirse en lo que es hoy, tú, la consciencia pura, permanecías en vigilia silenciosa, como un testigo atemporal.
Gracias al ejercicio de «detener el pensamiento» has sido capaz de «entrar», por así decirlo, y observarte el pensamiento.
 
Luego, mientras esperabas («como un gato acechando el agujero de un ratón»), observaste el intervalo entre los pensamientos.
 
Reconociste que el intervalo era consciencia pura y que esa consciencia pura es tu esencia ilimitada: la base sobre la que se asienta la parte «yo» de ti.
Si tú, que eres consciencia pura, eres realmente ilimitado, en ese caso no estás limitado por la mente.
 
Tú, consciencia pura, deberías estar en todas partes, todo el tiempo, ¿no es cierto? Pues resulta que es así, y este que viene a continuación es un pequeño ejercicio que puede ayudarte a demostrárselo a tu «yo».
 
El ejercicio de mano a mano
Mantén las manos completamente extendidas hacia fuera y hacia los costados, de manera que adoptes la forma de una cruz humana. Mira el dorso de tu mano derecha. Obsérvalo entre 3 y 5 segundos. Ahora gira la cabeza hacia la izquierda para observar el dorso de tu mano izquierda.
A continuación, dime qué tenías en mente durante el tiempo en que tus ojos pasaban de la mano derecha a la izquierda. Nada, ¿verdad? Pero no estabas inconsciente durante esos momentos, ¿a que no? Desde luego que no. Se produjo un intervalo en tu pensamiento mientras tu mirada pasaba de una mano a otra, pero tu consciencia permaneció conectada. Hazlo otra vez. ¡Observa! Incluso cuando tu mente mire hacia fuera, hacia el mundo, seguirá encontrando consciencia pura. La consciencia pura siempre subyace a todo, esperando a ser descubierta; esperando a que el «yo» se haga consciente de ti, consciencia pura.
 
No nos olvidemos de que la consciencia no es un objeto. Eres tú, tu esencia ilimitada.
Tu mente no se sentirá capaz de aceptarlo por completo porque no puede concebir la Nada.
Debe existir un límite, alguna forma a la que tu mente pueda asirse para poder hacer lo que hacen las mentes: experimentar, registrar, analizar, sintetizar y compartimentar la información.
El ego es el que decide qué hacer con esa información. Así que no te preocupes si al principio sigues identificándote con el cuerpo-mente.
Es la única opción de la que dispone la mente, y hace falta cierto tiempo para que el ego se aparte y acepte la consciencia pura ilimitada como realidad última y como tu esencia primigenia.
¿Por qué resulta tan vital revelar esta verdad?
Cuando llegas a saber que eres inmutable, ilimitado, consciencia eterna, tu dependencia del cuerpo que se marchita y de la mente que falla empieza a perder fuerza. Te vuelves consciente de que estás más allá de la esfera de cambio y muerte. Te vuelves consciente de que, más allá de todas las cosas y pensamientos que es «yo», sigues siendo totalmente íntegro y pura consciencia.
 
Si sólo unos minutos de observación del intervalo entre los pensamientos te han reportado paz y relajación, imagina qué gozosas aventuras te esperan cuando la consciencia pura infunda tu pensamiento, tu comer, tu trabajar y tu amar. Descubrir la consciencia pura en el fondo de la mente y vibrar exteriormente a través de la simplicidad de los átomos hacia la sinfonía de las esferas es el primer paso para vivir una vida completa y generosa. Extraerla para que apoye y alimente todas tus actividades es el siguiente paso.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


Me parece que estas dos recientes entregas son suficientes para que puedas observar las similitudes que existen entre la práctica de la Vida Cuántica y el Mindfulness.
Ambas disciplinas llevan un mismo enfoque pero con un tratamiento propio de cada uno de los procesos. Esto no hace mejor que otro cada proceso, sino que me parece que lo más importante es que sin duda alguna tanto interés por la consciencia absoluta nos va conduciendo a la importancia que reviste poner la atención plena a todas y cada una de las cosas que hacemos, tanto interna como externamente, es decir, que es importante atender plenamente a las actividades vitales de nuestro cuerpo tales como respirar. Recordemos que la inercia de nuestras ocupaciones nos hacen operar desde el piloto automático sin darnos cuenta de lo que ocurre entre cada pensamiento que tenemos y como ya lo hemos visto, entre cada pensamiento está la fuente de la creación, nuestra conciencia pura.

Don Emilio Garza
   

 

domingo, 15 de septiembre de 2013

La vida cuántica y el Mindfulness (Parte I)


Sin duda alguna, uno de los exponentes de actualidad acerca de los conceptos de la Vida Cuántica es el Dr. Frank Kinslow, quien ha escrito varias publicaciones al respecto y sus conceptos guardan estrecha relación con la atención plena a la conciencia profunda. 
Me parece que vale la pena compartir algunos de los conceptos vertidos por el Dr. Kinslow en su libro "La vida cuántica" acerca de la Conciencia profunda.

Dice el Dr. Kinslow: ¿Alguna vez te has preguntado qué hay en el fondo de tu mente? Si pudieras utilizar la fuente de tus pensamientos, ¿crees que mejoraría tu vida, tu salud, tu capacidad para amar y vivir libre de preocupaciones? ¿De dónde proceden tus pensamientos y cuál es el posible impacto que ese conocimiento produce en tu vida práctica y cotidiana?


Resulta que destapar la fuente de tus pensamientos tiene una influencia total y absolutamente positiva en tus relaciones personales, éxitos económicos, en tu forma física y emocional, e incluso en tu vida amorosa. Es cuestión de desatar los vínculos entre energía y materia y ver qué hay más allá. Todas las cosas son formas de energía.

Por ejemplo, la silla en la que probablemente estés sentado cuenta con la energía suficiente como para suspender tu peso medio metro por encima del suelo durante un período de tiempo indefinido. Los pensamientos son energía mental, chispas del espíritu, que prenden la mente y todo lo que ésta toca.

¿Cómo lo sabemos? Cualquier cosa creada –y eso incluye los pensamientos– tiene dos cualidades. Es tanto energía como forma. Por ejemplo, la silla en la que te sientas es energía en forma de silla. Sabes que tiene energía porque te sostiene. A la energía en esa forma hemos decidido llamarla «silla», ¿verdad? Podrías decir que tu silla tiene «capacidad de aguantar», por ejemplo, y eso nos llevaría a todo tipo de cuestiones interesantes  pero al final, la llamemos como la llamemos, la silla sigue siendo una energía concreta con una forma concreta. 


Los pensamientos no son tan sólidos como las sillas o los pelos de los osos polares, pero existen y por lo tanto tienen forma y energía. Y al ser cosas creadas, los pensamientos pro­ceden de alguna parte. En realidad, ese lugar no está en ningún sitio. Es decir, el origen de los pensamientos es el mismo que el de todas las cosas creadas que hemos mencionado anteriormente  El pensamiento procede del orden implicado de Bohm, el «vacío», la Nada.

Me gustaría tomar prestada una analogía del Maharishi Mahesh Yogi y comparar la mente con un estanque. Un pensamiento sería como una burbuja que se elevase desde el fondo del estanque, expandiéndose hasta explotar en la superficie. La superficie del estanque se asemeja al nivel consciente de la mente, donde nos hacemos conscientes del pensamiento. El fondo del estanque, de donde proceden las burbujas, se ase­meja a la Nada que origina todas las cosas creadas. 


Lo mismo que las burbujas ascienden hacia la superficie de un estanque, los pensamientos se expanden, dispersando su energía y debilitándose en la subida. Cuando más se aleja un pensamiento de su fuente, más agota su energía. El pensamien­to es el precursor de la acción. Así pues, resulta fácil ver que un pensamiento débil conduce a una acción débil e ineficaz. Si seguimos el hilo, no nos costará mucho darnos cuenta de que  si podemos hacernos conscientes de un pensamiento más cerca de su origen, entonces podemos beneficiarnos de un pensa­ miento más energético y menos distorsionado. Todos podemos aprovecharnos de esto.


Déjame que te pregunte lo siguiente: ¿Alguna vez te has quedado sin pensamientos? 
Eso me parecía. 
De los pensa­mientos podemos decir con seguridad que están presentes desde nuestra primera respiración hasta la última. Si los pensa­mientos son energía, y si nunca se agotan, entonces es razona­ble considerar que la fuente del pensamiento es un suministro de energía inagotable. 
También podríamos sacar de todo ello la conclusión de que podríamos beneficiarnos mucho en caso de que pudiéramos aprovechar directamente nuestra fuente de pensamientos. 
Desde luego, no soy el primero en observarlo. Los sabios llevan siglos intentando que nos interesemos en este ejercicio. De ser posible, todos los aspectos de nuestra vida se verían maravillosamente transformados. ¡Agárrense bien por­ que es posible!

Ahora bien, podemos reírnos y burlarnos de teorías abs­tractas y filosofías raras hasta que se nos ponga la cara morada, pero eso no hace sino reforzar o debilitar las creencias. La experiencia es la madre de la ciencia. Mi tarea consiste en que tú obtengas esa experiencia. Así que empecemos. 


Siéntate cómodamente y cierra los ojos. A continuación, pon atención a tus pensamientos. Síguelos allá donde te lleven. Limítate a observar cómo van y vienen. Tras haber observado tus pensamientos entre 5 y 10 segundos, hazte a ti mismo esta pregunta y luego permanece muy atento para comprobar qué sucede justo después de haber formulado la pregunta. Esta es: «¿De dónde vendrá mi próximo pensamiento?». 


¿Qué ha pasado? ¿Se ha producido una pequeña pausa en tu pensamiento mientras esperabas el siguiente? ¿Te has fijado en el espacio, en una especie de intervalo entre la pregunta y el siguiente pensamiento? 
Bien. 
Ahora vuelve a leer las instruc­ciones y vuelve a hacer el ejercicio. 

Esperaré...

¿Has notado ahora un ligero titubeo en tu pensamiento, una pausa entre pensamientos? 
Si has estado atento inmediata­mente después de hacerte la pregunta, deberías haber observa­do que tu mente esperaba que sucediese algo. 

El autor de El poder del ahora, Ekhart Tolle dice que es como un gato acechando el agujero de un ratón. Estás despierto, esperando, pero en ese intervalo no existen pensamientos. Puede que hayas oído decir que limpiar la mente de pensamientos requiere de muchos años de ardua práctica, pero tú acabas de hacerlo en cuestión de segundos.

Por favor, realiza este ejercicio varias veces más. Hazlo durante 2 ó 3 minutos más, volviendo a hacerte la pregunta original o bien utiliza sustitutos, del tipo: «¿De qué color será mi próximo pensamiento?», o: «¿A qué olerá mi próximo pensa­ miento?». 

La pregunta no es lo importante, sino permanecer atento. 
Observa de cerca el intervalo cuando se produzca. La atención descubrirá el intervalo, el espacio entre pensamientos

Ese intervalo es el origen del pensamiento. 


Puede ser fugaz, pero no por eso deja de aparecer. Al irte haciendo consciente de manera asidua de esa pausa mental, ésta empezará a obrar milagros en ti.

Muy bien, ahora cierra los ojos y realiza el ejercicio de «detener el pensamiento» durante 2 o 3 minutos. Esperaré...

¿Has acabado? Bien. 
¿Cómo te sientes ahora mismo? 
¿Notas algún tipo de relajación corporal? 
¿Están los pensamientos más sosegados? 
¿Sientes tranquilidad o paz? 
¿Cómo ha sucedido algo así? 
Lo único que has hecho ha sido observar el intervalo entre pensamientos y automáticamente, sin esfuerzo, tu cuerpo se ha relajado y tu mente se ha sosegado. 
Eso es lo que ocurre cuando empiezas a funcionar y a vivir en los niveles más tranquilos de la mente. El cuerpo y la mente están íntimamente relacionados, y cuando la mente deja de pensar con tanta intensidad, el cuerpo se relaja y descansa. 

Ya sabes cómo conseguir que el cuerpo se tense y se ponga rígido, no tienes más que estresarte mentalmente. Cuello y hombros rígidos, dolores de cabeza, problemas digestivos, estreñimien­to e hipertensión son dolencias físicas que resultan de una mente caótica y agitada. 

Acabas de descubrir cómo combatir el problema del estrés mental, emocional y físico en tres minutos  Algo notable, ¿no te parece? No es más que la punta del iceberg del QE (Quantum Entrainment -Entrenamiento Cuántico-), pero con este sencillo ejercicio puedes empezar a sentir el potencial de lo que puede ser abrazar la Nada.

Ahora, permíteme que te pregunte lo siguiente: «Cuando observabas el intervalo entre los pensamientos, ¿te preocupaba tener que pagar las facturas, preparar la cena o recordar el cumpleaños de tu esposa?». 

Desde luego que no. Tu mente estaba totalmente tranquila y liberada de preocupaciones. 
Es imposible ser totalmente consciente de la Nada y sentir miedo, ansiedad, remordimiento, culpabilidad o cualquier otra emoción discordante o destructiva. 
Si sólo te limitases a aprender esta lección tan convincente, serías capaz de modificar enormemente el curso de tu vida, dirigiéndote hacia un universo de mayor prosperidad, creatividad y amor. 

Pero es que hay mucho más.
Continuemos descubriendo qué otras perlas de percepción nos esperan a partir de este ejercicio tan revelador. 
En primer lugar, explícame qué había en el intervalo. 

¿Qué has dicho? Un poco más alto, por favor... 
Ah, has dicho: «Nada». 

Así es, en el intervalo no había nada. No había forma, sonido, color, olor... ¡Nada! O bien podemos decir que en el intervalo había Nada, y también sería correcto. 
¿Empiezas a percatarte de la magnitud de este simple descubrimiento? 


Quienes piensan que son sus pensamientos y emociones, sus recuerdos, esperanzas y temores  tal vez empiecen a vislumbrar otra cosa.

Los pensamientos y emociones van y vienen. 

Son relativos y momentáneos. 

Tú, tu esencia es mucho más de lo que tu mente pudiera imaginar, y así acabas de demostrarlo. 

 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 - 0 -




Por ahora, aquí terminaré este comentario y continuaré en la siguiente entrega.
Me parece que comienza a tomar claridad la estrecha relación entre la "Vida Cuántica" y el Mindfulness. 
Me parece que vale la pena mencionar que cuando tuve la oportunidad de entrenarme en el QE, es decir, la técnica Quantum Entrainment (Entrenamiento Cuántico) por allá del año 2011, comenzó en mí la inquietud por encontrar algún método o técnica que ejercitara el proceso de atención plena a nuestros pensamientos y afortunadamente, llegó el momento de conocer Mindfulness. 

Don Emilio Garza



lunes, 9 de septiembre de 2013

¿Qué tal un ejercicio de Mindfulness?


Los italianos mencionan algo que en su idioma le llaman "il dulce far niente" cuya traducción puede interpretarse como "lo dulce de hacer nada" y hoy, deseo compartirte un ejercicio de Mindfulness que tiene como objetivo desestresarte en momentos de agobio o cansancio.

Se basa en la quietud, en el arte de estar "totalmente presente", con claridad de mente y atención plena a lo que se dé.

Realizarlo es muy sencillo, simplemente siéntate cómodamente, mantén la espalda recta y las manos relajadas en tu postura favorita... Respira de forma consciente y regular y deja que tus pensamientos y emociones pasen por ti sin engancharte a ellos: tal y como contemplamos las nubes atravesar el cielo.

Se trata de experimentar lo que está pasando "ahora", y permanecer en contacto con lo que surja: sensaciones corporales, pensamientos, emociones, imágenes... sin dejarte atrapar por ellos, manteniendo la viva conciencia de que tú "no eres eso", eres "el que observa eso".
Sitúate en el presente, en cada respiración...
No analices nada, simplemente reconócelo y déjalo pasar: pensamientos, recuerdos, sensaciones, emociones...
Cualquier imagen, pensamiento o distracción es irrelevante.
Tú, sigue centrándote en tu respiración, en el hecho de estar simplemente presente aquí y ahora con lo que hay, sin tratar de modificar nada...

Regálate unos minutos de descanso!

Te invito a que practiques el ejercicio y nos será de suma utilidad si nos compartes cuál fue tu experiencia. Gracias por colaborar.

Don Emilio Garza

viernes, 6 de septiembre de 2013

Tres cerebros en uno... ¿cómo? (Parte 3 Telencéfalo o neocortex)


Continuamos con el tema, haciendo mención de la tercera parte que trata del Telencéfalo o Neocortex, del que ciertos mamíferos tales como los primates (monos) y algunos cetáceos como las ballenas y delfines disponen. 
Estamos hablando de un cerebro mucho más desarrollado que el de los mamíferos primitivos, que además de experimentar sentimientos, les permite manejarlos con un proceso de mayor entendimiento.
Este es el mayor exponente del desarrollo cerebral dentro de la escala animal. Hay que apuntar que la ciencia ha demostrado la relación directa entre el desarrollo del neocórtex y el desarrollo social. Observemos que en los primates hay una correspondencia directa entre los dos aspectos, de tal manera que a mayor desarrollo del telencéfalo, mayor desarrollo social se da, con sociedades más complejas y organizadas. 

Hablando ahora de los humanos, poseemos un cerebro mucho más especializado aún que los primates, que nos permite, además de experimentar sentimientos, manejarlos desde un proceso racional de entendimiento y de análisis superior al de todos los demás mamíferos.
Lo anterior, se relaciona directamente con la parte más especializada del telencéfalo, la región frontal que hace posible aspectos como la adquisición de conocimientos, el desarrollo de sociedades, culturas, tecnologías e incluso la capacidad de preguntarse por las leyes que rigen el universo.
Este es un estrato al que McLean (médico norteamericano y neurocientíficocalifica como "la madre de la invención y el padre del pensamiento abstracto", dado que es el lugar donde se realizan los procesos intelectuales superiores.

La habilidad que tenemos para razonar surge del neocórtex, proporcionando la previsión, intuición y comprensión, características solamente del ser humano. Sin el neocortex no existirían el lenguaje, las matemáticas, las sinfonías. Interviene en el procesamiento de todo lo que requiere un grado de resolución de problemas, análisis y síntesis de información, el uso del razonamiento analógico o el pensamiento crítico y creativo.

El desarrollo del neocortex está ligado a la aparición del pensamiento abstracto, la imaginación y el lenguaje. Cuando fue asumiendo la tarea de integrar los dos estratos cerebrales inferiores, el neocórtex desarrolló la capacidad de reflexionar sobre el "sí mismo" y la introspección, que no es otra cosa que "la consciencia de la consciencia", un raro legado que por lo que se sabe hasta hoy, es solo propio de la especie humana y supone la adquisición de conciencia del "yo".

La aparición de los calendarios tienen como implicación que los seres humanos comenzaron a desarrollar progresivamente la capacidad de anticipar, planificar y visualizar, de poner el futuro posible en el presente. 
Mientras que la especie animal sobre todo los mamíferos, son capaces de desarrollar emociones y aprender (pasado + presente), la capacidad de poner el futuro en el presente (presente + futuro) de forma muy elaborada resulta específicamente humana. Podemos atribuir a su mal funcionamiento o a la distorsión de los datos que recoge los estados anímicos relacionados con la preocupación y el estrés.

El neocórtex posee su propia historia evolutiva y sus partes más nuevas, los lóbulos frontales, están relacionados con la capacidad de modificar los hechos, planear estrategias e imaginar lo que no está inmediatamente presente: recopilan información procedente de todas las regiones del cerebro y la coordinan para poder establecer la línea de acción más adecuada.
Sin este avance, nuestra vida discurriría en un vacío filosófico carente de todo significado abstracto. Está estructurado en dos hemisferios: el hemisferio izquierdo, asociado a procesos de razonamiento lógico, funciones de análisis y descomposición del todo en sus partes, es el que percibe la individualidad. El hemisferio derecho, en el que se dan procesos asociativos, imaginativos y creativos, se asocia con la posibilidad de ver la globalidad y establecer relaciones espaciales y de esta forma, es el que percibe la totalidad.

Me parece que el siguiente gráfico podría resumir nuestra exposición de los "3 cerebros":

Antes de concluir con este tema, quiero mencionar que una buena manera de integrar el funcionamiento de los dos hemisferios, es estimular el aprendizaje intelectual mediante el estudio, la meditación, la creatividad y las formas de expresión artística, como la música. La práctica regular de estas disciplinas contribuye, mediante el desarrollo de la unidad mente-cuerpo y la respiración correcta, a unificar el pensamiento y a equilibrar el funcionamiento cerebral en todos sus niveles.

Con esto termino esta secuencia del tema de "los tres cerebros" en uno, esperando haber aportado algo de claridad.

Seguiré escribiendo.

Don Emilio Garza


jueves, 5 de septiembre de 2013

Tres cerebros en uno... ¿cómo? (Parte 2 El Mesencéfalo o sistema límbico)


El Mesencéfalo o sistema límbico está presente de manera incipiente en las aves y completamente en los mamíferos, situado encima del palencéfalo y dota al mamífero de capacidad emocional, especialmente desde una estructura llamada amígdala. Esto es lo que le permite establecer relaciones grupales más complejas que los reptiles y relacionarse con el entorno de otra manera.
Está asociado a la capacidad de sentir y desear, a la memoria y al aprendizaje.

Se integra por seis estructuras:
  1. El tálamo, responsable de las sensaciones del placer y dolor, que actúa como filtro de los estímulos.
  2. La amígdala cerebral, responsable de las reacciones emocionales y de la memoria asociada a ellas.
  3. El hipotálamo, con un papel decisivo debido a la liberación de hormonas reguladoras de respuestas relacionadas con el hambre y la temperatura, en general, con todo lo relacionado con el sistema neurovegetativo.
  4. Los bulbos olfatorios, que constituyen la región que procesa la información relativa a los olores, la codifica y la dirige a estructuras superiores.
  5. La región septal, en la que se alojan gran parte de las respuestas relacionadas con la sexualidad.
  6. El hipocampo, responsable del procesamiento que tiene que ver con la memoria y la orientación espacial.
Vale la pena mencionar que esta zona del cerebro está vinculada anatómica y funcionalmente con la hipófisis y la glándula pineal. Es dentro de este sistema donde se dan los procesos y estados emocionales como la calidez, el amor, el gozo, la depresión, el odio  o el miedo y aquellos procesos relacionados con nuestras motivaciones básicas. Por otra parte, también es donde se controla la homeóstasis que mantiene el equilibrio dinámico del medio interno. Además, la realidad que percibimos a través de algunos sentidos como el gusto y el olfato, y la sensibilidad genital se relacionan con este segundo cerebro.

En algún momento el sistema límbico también constituyó la cúspide de la evolución de nuestros ancestros mamíferos, dándoles a aquellas pequeñas y asustadizas criaturas la capacidad defensiva necesaria para sobrevivir en un mundo lleno de depredadores.
Hay que mencionar que el mesencéfalo opera con parámetros emocionales muy toscos e irreflexivos. Aunque pudiéramos hablar a éste nivel de una forma rudimentaria de "pensamiento", el papel que ejerce en la mente humana gira en torno a la supervivencia de la especie, activando las cuatro "ces": Comer, Combatir, Correr y Cohabitar.
Es esta parte la que permite poner el pasado en el presente (presente + pasado) de forma que favorece el aprendizaje. Se activa al emocionarnos y da calidez a nuestras relaciones, algo importante para los mamíferos, introduciendo conductas como dar o recibir afecto, atención y consideración, cuidado del grupo, compasión, ternura o empatía. Además en este segundo cerebro existe la capacidad de sentir y de los tres es el que más se deja afectar por los demás y por el entorno.
Sun función principal es controlar el sistema neurovegetativo y la vida emotiva: los sentimientos, la regulación endocrina, los procesos cognitivos, el dolor y el placer. Puede ser considerado como el "cerebro afectivo", el que energetiza la conducta mediante la motivación para la consecución de las metas.

Hoy en día se piensa que las personas incapaces de dejarse afectar por el entorno como las que se afectan demasiado, podrían tener alguna disfuncionalidad en esta zona cerebral, ya que esto los conduce a estados agresivos y neuróticos, depresiones severas, apatía, pérdida de la memoria y dificultad para el aprendizaje, muchas veces acompañados de trastornos neurovegetativos relacionados con el sueño, la digestión, la circulación sanguínea o la sexualidad.

En resumen, este segundo cerebro es el que permite sentir y su carácter más específico desde el punto de vista temporal es la capacidad de poner el pasado en el presente, posibilitando el aprendizaje y la memoria, filtrados ambos por los sentimientos.

Aquí termino mi escrito por hoy, en la siguiente aportación hablaremos del 3er. Cerebro, el Telencéfalo o neocórtex.

Don Emilio Garza




miércoles, 4 de septiembre de 2013

Tres cerebros en uno... ¿cómo? (Parte 1 El cerebro reptiliano-Palencéfalo)

Agradecido por tu atención, con gusto sigo avanzando en el tema acerca de nuestro cerebro.
Un estudioso llamado Paul McLean, ha generado una "teoría de los tres cerebros" dándonos algunas pistas sobre la constitución y funcionamiento de nuestro cerebro.
El sostiene que, integrado en una sola estructura, nuestro sistema nervioso central tiene tres niveles diferentes a los que McLean se refiere según su aparición en la historia evolutiva: primero el sistema más primitivo, el palencéfalo, que responde al cerebro que hoy en día aún poseen los reptiles, por lo que también es conocido como "cerebro reptiliano"; sobre él y recubriéndole, encontramos el sistema límbico o mesencéfalo, que es común en el orden de los mamíferos en general; en la parte externa, encontramos el neocórtex o telencéfalo, que solo poseen algunos mamíferos evolucionados, tales como cetáceos y simios, y por supuesto el ser humano.

Observa el siguiente gráfico:

Palencéfalo o cerebro reptiliano

Esta es la parte más antigua de nuestro cerebro, conocido también como cerebro primitivo, con más de 500 millones de años de haberse desarrollado.
Corresponde a estructuras del tronco cerebral (protuberancia y bulbo) y el sistema reticular.
Se encarga de autorregular el organismo y esta diseñado para manejar la supervivencia desde un un sistema binario: huir o luchar, con mínimo o ningún proceso sentimental. No tiene capacidad de sentir y solamente actúa cuando el estado del organismo lo demanda. Es responsable de conductas rituales tales como anidar o aparearse, es decir conductas instintivas programadas y poderosas, sumamente resistentes al cambio.
Relacionado con necesidades básicas de supervivencia: comer, beber, regulación de temperatura corporal, conductas de sexo y reproducción, territorialidad, necesidad de cobijo o protección, control de respiración, ritmo cardíaco, presión sanguínea y expansión-contracción de nuestros músculos.
Su función es conservar la vida sin considerar otra cosa. En el se organizan y procesan las funciones de hacer y actuar por medio de rutinas o hábitos y las conductas automáticas o programadas. 
En este cerebro se procesan las experiencias primarias, no verbales, de aceptación o rechazo: no piensa ni siente emociones, solamente es impulsivo.
Funciona como "avisador" de peligros y permite la adaptación rápida mediante respuestas elementales poco complicadas emocional o intelectualmente.
Sustenta una parte de la mente inconsciente en la que se graba, se aloja y se desarrolla aquello que determina la mayoría de miedos y fobias que conforman la mente reactiva y que llevan al ser humano a comportarse de forma instintiva y automática.

El cerebro reptiliano del ser humano actua en el ámbito de los reflejos corporales carentes de autoconciencia y se expresa en gestos imittivos y repetitivos ligados a la autoconservación, especialmente durante la infancia. 
También es muy probable que contenga instintos arquetíicos que irrumpan en nuestra conciencia a través de los recuerdos subliminales y los sueños.
En cualquier caso, no es de gran ayuda para hacer frente a los desafíos de la vida moderna.

Aquí dejo el escrito de hoy, para dar oportunidad a que digieras la función del cerebro reptiliano. En el siguiente escrito hablaré del Mesencéfalo o sistema límbico, es decir el cerebro mamífero.

Si te interesa el tema, no dudes en suscribirte al  blog y si tienes preguntas, compártelas, aprendemos así y todos ganamos conocimiento.

Don Emilio Garza