lunes, 23 de septiembre de 2013

Hablemos de estrés, una breve introducción.


Se ha hablado mucho del estrés como "el mal de nuestra época". Pareciera ser que a golpes aprendemos que el ritmo que llevamos la mayoría es un viaje a ningún lado por una autopista que cobra caro y ese pago podríamos llamarlo estrés.

Pero... ¿qué es el estrés? ¿de qué manera nos afecta? ¿cómo manejarlo?
Comencemos por reconocer que el estrés es una reacción innata del organismo cuando encuentra la necesidad de hacer frente a alguna situación que atenta contra el equilibrio entre la demanda percibida y los recursos disponibles.
Realmente esta contraposición entre demanda y recursos es lo que hoy en día hemos hecho como algo normal en nuestra vida, pues el flujo de la vida no es más que el ir y venir del equilibrio entre los dos componentes y la ruptura constante de él.
A este juego de dos componentes le llamamos "homeóstasis", es decir la adaptación natural de los seres vivos compensando los cambios ocurridos a su alrededor.
Démonos cuenta que todo se desarrolla en el marco de crecer, respirar, alimentarnos, dormir, procrear... por eso el constante ir y venir entre ruptura y recomposición constituye el motor mismo de la vida, el desarrollo y la evolución.

Sin embargo, cuando la demanda supera los recursos disponibles para hacerle frente, sea real o según lo percibimos, surge como respuesta el estrés, que es solamente una fuerte activación psicofisiológica del organismo para hacer frente a una situación de emergencia.
Cuando esta reacción es puntual y específica, suele ser útil para responder a la situación que se presente y adaptarnos así a los cambios. 
Sin embargo, cuando esta reacción se vuelve crónica, sin duda se genera un desequilibrio y malestar a nivel físico, mental y emocional, con costos altísimos para el bienestar general y la calidad de vida de la persona, que llega a afectar su rendimiento y sus relaciones. 
No perdamos de vista que si el estrés se mantiene, se perpetúa el estado de alerta y la reacción del estrés se retroalimenta en un remolino perverso en donde el llamado "estrés crónico" genera más estrés.

A manera de introducción aquí termino mi escrito de hoy. Seguiremos tratando el tema.

Don Emilio Garza


2 comentarios:

  1. Y se vuelve una adicción, donde la persona busca tener ese estado que tiene identificado y administrado (ya sin conciencia) como algo "natural y deseable".
    Está "administrando el error"de creerse permanentemente ante un peligro.

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  2. Y a partir de ahí comienza el estado peligroso del adicto al estrés, me parece a mí. De ahí la importancia de buscar apoyo para aprender a manejar el estrés de manera atenta para que sirva como impulsor de acciones.
    Gracias Rosendo.

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Don Emilio Garza R