Antes de entrar de lleno al tema en función de Mindfulness, recordemos qué o quién es el Homo Sapiens.
El término homo sapiens significa “hombre que piensa o también, hombre sabio”. Llamado hombre de Cro-Magnon, el antecedente directo del hombre actual. El Homo sapiens es una subespecie que aún sobrevive de todo el género Homo y de los Homínidos. Por lo tanto, sus parientes vivos más cercanos son los grandes simios, como el Gorila, el chimpancé o el Orangután.
Durante la Tercera Glaciación surgieron las primeras formas de una nueva especie: el Homo sapiens. Con el tiempo se diferenciarían dos subespecies: el Homo sapiens neanderthalensis y el Homo sapiens sapiens.
En Alemania se encontró la subespecie Homo neanderthalensis que habitó Europa y partes de Asia occidental desde hace 230.000 hasta 29.000 años atrás, durante el Pleistoceno medio y superior, culturalmente integrada en el Paleolítico medio.
Entremos en materia desde el Mindfulness.
Hasta hace muy poco, el ser humano se atribuía la inteligencia como la cualidad que le diferenciaba del resto de los seres vivos. En cada época se han primado unos aspectos sobre otros para definir qué era eso de la inteligencia: desde la habilidad matemático-espacial, pasando por la capacidad de lenguaje, el pensamiento abstracto, la habilidad de resolver determinados problemas, el ser capaces de crear sociedades más o menos complejas o eso que llamamos “civilización”.
Pero cuando la evidencia demostró que no éramos los únicos seres vivos capaces de organizarse en sociedades, de resolver problemas, de utilizar herramientas o de comunicarse con un lenguaje propio, se reveló que era necesario comprender de otra forma el concepto de inteligencia.
En realidad si desplegamos una mirada crítica sobre lo que ha sido la historia de nuestra especie, muchos de los aspectos que aparecen ante nuestros ojos dudosamente podrían calificarse de “inteligentes”.
Por otra parte, una simple mirada a nuestro alrededor basta para comprobar cómo personas con un incuestionable éxito social y profesional, en muchas ocasiones no se desenvuelven bien en las relaciones o en la expresión de sus afectos. Se podría esperar que fueran buenos líderes, creativos e innovadores en su vida, pero esto no es así. Y por el contrario, un buen número de personas de gran éxito profesional, dejaron mucho que desear como estudiantes, hasta el punto que se les auguraba ser unos fracasados...
¿Te suena la historia de Bill Gates, por ejemplo?
Así pues... ¿Qué es eso a lo que llamamos inteligencia?
Durante los últimos años se ha redefinido constantemente el concepto de inteligencia, sacándolo de las anteriores propuestas rígidas y basadas en la creencia arraigada de que “la inteligencia estaba solo en el cerebro”.
Poco a poco la investigación ha arrojado luz sobre el tema, incluyendo nuevos componentes y perspectivas para comprender qué es la inteligencia.
Se trata de un acercamiento mucho más abierto y holístico que la comprende, ya no como una capacidad única, sino como una serie de capacidades diferentes entre sí pero interconectadas.
Ya no es vista ni única ni fundamentalmente como una capacidad del cerebro, de nuestra parte lógica o puramente racional, sino como un conjunto de capacidades que interaccionan entre sí para dirigir nuestras acciones, pensamientos y emociones, para conocer, comprender y encontrar soluciones creativas, para utilizar con eficacia herramientas físicas, intelectuales, emocionales, espirituales o socioculturales.
Revisa esta información, pues lo que sigue está por demás interesante.
Don Emilio Garza