Sin duda alguna, uno de los exponentes de actualidad acerca de los conceptos de la Vida Cuántica es el Dr. Frank Kinslow, quien ha escrito varias publicaciones al respecto y sus conceptos guardan estrecha relación con la atención plena a la conciencia profunda.
Me parece que vale la pena compartir algunos de los conceptos vertidos por el Dr. Kinslow en su libro "La vida cuántica" acerca de la Conciencia profunda.
Dice el Dr. Kinslow: ¿Alguna vez te has preguntado qué hay en el fondo de tu mente? Si pudieras utilizar la fuente de tus pensamientos, ¿crees que mejoraría tu vida, tu salud, tu capacidad para amar y vivir libre de preocupaciones? ¿De dónde proceden tus pensamientos y cuál es el posible impacto que ese conocimiento produce en tu vida práctica y cotidiana?
Resulta que destapar la fuente de tus pensamientos tiene una influencia total y absolutamente positiva en tus relaciones
personales, éxitos económicos, en tu forma física y emocional,
e incluso en tu vida amorosa. Es cuestión de desatar los vínculos entre energía y materia y ver qué hay más allá. Todas las
cosas son formas de energía.
Por ejemplo, la silla en la que probablemente estés sentado cuenta con la energía suficiente como
para suspender tu peso medio metro por encima del suelo
durante un período de tiempo indefinido. Los pensamientos
son energía mental, chispas del espíritu, que prenden la mente
y todo lo que ésta toca.
¿Cómo lo sabemos? Cualquier cosa creada –y eso incluye
los pensamientos– tiene dos cualidades. Es tanto energía como
forma. Por ejemplo, la silla en la que te sientas es energía en
forma de silla. Sabes que tiene energía porque te sostiene. A la
energía en esa forma hemos decidido llamarla «silla», ¿verdad?
Podrías decir que tu silla tiene «capacidad de aguantar», por
ejemplo, y eso nos llevaría a todo tipo de cuestiones interesantes pero al final, la llamemos como la llamemos, la silla sigue
siendo una energía concreta con una forma concreta.
Los pensamientos no son tan sólidos como las sillas o los
pelos de los osos polares, pero existen y por lo tanto tienen
forma y energía. Y al ser cosas creadas, los pensamientos proceden de alguna parte. En realidad, ese lugar no está en ningún
sitio. Es decir, el origen de los pensamientos es el mismo que el
de todas las cosas creadas que hemos mencionado anteriormente El pensamiento procede del orden implicado de Bohm,
el «vacío», la Nada.
Me gustaría tomar prestada una analogía del Maharishi
Mahesh Yogi y comparar la mente con un estanque. Un pensamiento sería como una burbuja que se elevase desde el fondo
del estanque, expandiéndose hasta explotar en la superficie. La
superficie del estanque se asemeja al nivel consciente de la
mente, donde nos hacemos conscientes del pensamiento. El
fondo del estanque, de donde proceden las burbujas, se asemeja a la Nada que origina todas las cosas creadas.
Lo mismo que las burbujas ascienden hacia la superficie
de un estanque, los pensamientos se expanden, dispersando su
energía y debilitándose en la subida. Cuando más se aleja un
pensamiento de su fuente, más agota su energía. El pensamiento es el precursor de la acción. Así pues, resulta fácil ver que un
pensamiento débil conduce a una acción débil e ineficaz. Si
seguimos el hilo, no nos costará mucho darnos cuenta de que si podemos hacernos conscientes de un pensamiento más cerca
de su origen, entonces podemos beneficiarnos de un pensa
miento más energético y menos distorsionado. Todos podemos aprovecharnos de esto.
Déjame que te pregunte lo siguiente: ¿Alguna vez te has
quedado sin pensamientos?
Eso me parecía.
De los pensamientos podemos decir con seguridad que están presentes
desde nuestra primera respiración hasta la última. Si los pensamientos son energía, y si nunca se agotan, entonces es razonable considerar que la fuente del pensamiento es un suministro
de energía inagotable.
También podríamos sacar de todo ello la
conclusión de que podríamos beneficiarnos mucho en caso de
que pudiéramos aprovechar directamente nuestra fuente de
pensamientos.
Desde luego, no soy el primero en observarlo.
Los sabios llevan siglos intentando que nos interesemos en este
ejercicio. De ser posible, todos los aspectos de nuestra vida se
verían maravillosamente transformados. ¡Agárrense bien por
que es posible!
Ahora bien, podemos reírnos y burlarnos de teorías abstractas y filosofías raras hasta que se nos ponga la cara morada,
pero eso no hace sino reforzar o debilitar las creencias. La
experiencia es la madre de la ciencia. Mi tarea consiste en que
tú obtengas esa experiencia. Así que empecemos.
Siéntate cómodamente y cierra los ojos. A continuación, pon atención
a tus pensamientos. Síguelos allá donde te lleven. Limítate a observar
cómo van y vienen. Tras haber observado tus pensamientos entre 5 y
10 segundos, hazte a ti mismo esta pregunta y luego permanece muy
atento para comprobar qué sucede justo después de haber formulado
la pregunta. Esta es: «¿De dónde vendrá mi próximo pensamiento?».
¿Qué ha pasado? ¿Se ha producido una pequeña pausa en
tu pensamiento mientras esperabas el siguiente? ¿Te has fijado
en el espacio, en una especie de intervalo entre la pregunta y el
siguiente pensamiento?
Bien.
Ahora vuelve a leer las instrucciones y vuelve a hacer el ejercicio.
Esperaré...
¿Has notado ahora un ligero titubeo en tu pensamiento,
una pausa entre pensamientos?
Si has estado atento inmediatamente después de hacerte la pregunta, deberías haber observado que tu mente esperaba que sucediese algo.
El autor de El
poder del ahora, Ekhart Tolle dice que es como un gato acechando el agujero de un ratón. Estás despierto, esperando, pero en
ese intervalo no existen pensamientos. Puede que hayas oído
decir que limpiar la mente de pensamientos requiere de muchos años de ardua práctica, pero tú acabas de hacerlo en cuestión de segundos.
Por favor, realiza este ejercicio varias veces más. Hazlo
durante 2 ó 3 minutos más, volviendo a hacerte la pregunta original o bien utiliza sustitutos, del tipo: «¿De qué color será mi
próximo pensamiento?», o: «¿A qué olerá mi próximo pensa
miento?».
La pregunta no es lo importante, sino permanecer
atento.
Observa de cerca el intervalo cuando se produzca. La
atención descubrirá el intervalo, el espacio entre pensamientos.
Ese intervalo es el origen del pensamiento.
Puede ser fugaz, pero no por eso deja de aparecer. Al irte haciendo consciente de manera asidua de esa pausa mental, ésta empezará a
obrar milagros en ti.
Muy bien, ahora cierra los ojos y realiza el ejercicio de
«detener el pensamiento» durante 2 o 3 minutos. Esperaré...
¿Has acabado? Bien.
¿Cómo te sientes ahora mismo?
¿Notas algún tipo de relajación corporal?
¿Están los pensamientos más sosegados?
¿Sientes tranquilidad o paz?
¿Cómo
ha sucedido algo así?
Lo único que has hecho ha sido observar
el intervalo entre pensamientos y automáticamente, sin
esfuerzo, tu cuerpo se ha relajado y tu mente se ha sosegado.
Eso es lo que ocurre cuando empiezas a funcionar y a vivir en
los niveles más tranquilos de la mente. El cuerpo y la mente
están íntimamente relacionados, y cuando la mente deja de
pensar con tanta intensidad, el cuerpo se relaja y descansa.
Ya
sabes cómo conseguir que el cuerpo se tense y se ponga rígido,
no tienes más que estresarte mentalmente. Cuello y hombros
rígidos, dolores de cabeza, problemas digestivos, estreñimiento e hipertensión son dolencias físicas que resultan de una
mente caótica y agitada.
Acabas de descubrir cómo combatir el
problema del estrés mental, emocional y físico en tres minutos Algo notable, ¿no te parece? No es más que la punta del
iceberg del QE (Quantum Entrainment -Entrenamiento Cuántico-), pero con este sencillo ejercicio puedes empezar a sentir el potencial de lo que puede ser abrazar la Nada.
Ahora, permíteme que te pregunte lo siguiente: «Cuando
observabas el intervalo entre los pensamientos, ¿te preocupaba tener que pagar las facturas, preparar la cena o recordar el
cumpleaños de tu esposa?».
Desde luego que no. Tu mente
estaba totalmente tranquila y liberada de preocupaciones.
Es
imposible ser totalmente consciente de la Nada y sentir miedo, ansiedad, remordimiento, culpabilidad o cualquier otra emoción discordante o destructiva.
Si sólo te limitases a aprender
esta lección tan convincente, serías capaz de modificar enormemente el curso de tu vida, dirigiéndote hacia un universo de
mayor prosperidad, creatividad y amor.
Pero es que hay mucho
más.
Continuemos descubriendo qué otras perlas de percepción nos esperan a partir de este ejercicio tan revelador.
En primer lugar, explícame qué había en el intervalo.
¿Qué has
dicho? Un poco más alto, por favor...
Ah, has dicho: «Nada».
Así es, en el intervalo no había nada. No había forma, sonido,
color, olor... ¡Nada! O bien podemos decir que en el intervalo
había Nada, y también sería correcto.
¿Empiezas a percatarte
de la magnitud de este simple descubrimiento?
Quienes piensan que son sus pensamientos y emociones, sus recuerdos, esperanzas y temores tal vez empiecen a vislumbrar otra cosa.
Los pensamientos
y emociones van y vienen.
Son relativos y momentáneos.
Tú, tu
esencia es mucho más de lo que tu mente pudiera imaginar, y
así acabas de demostrarlo.
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Por ahora, aquí terminaré este comentario y continuaré en la siguiente entrega.
Me parece que comienza a tomar claridad la estrecha relación entre la "Vida Cuántica" y el Mindfulness.
Me parece que vale la pena mencionar que cuando tuve la oportunidad de entrenarme en el QE, es decir, la técnica Quantum Entrainment (Entrenamiento Cuántico) por allá del año 2011, comenzó en mí la inquietud por encontrar algún método o técnica que ejercitara el proceso de atención plena a nuestros pensamientos y afortunadamente, llegó el momento de conocer Mindfulness.
Don Emilio Garza
Un ejercicio sencillo y sumamente poderoso.
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