miércoles, 21 de agosto de 2013

Más acerca de dolor y sufrimiento, ¿responder o reaccionar?


Hay un razonamiento relacionado con el dolor y el sufrimiento que ha sido abordado por Buda (Siddharta Gautama  fundador del budismo) y consiste en lo que él ha llamado "las dos flechas", en donde la primera flecha es el acontecimiento doloroso en sí mismo que ha ocurrido y no es posible evitar y la segunda flecha, es la que nos disparamos nosotros mismos y es decisión de cada uno dispararla. Al estado inicial, podemos agregar un estado mental contraído, enojado y rígido. Pero indiscutiblemente que podemos aprender a experimentar el mismo acontecimiento con menos identificación y aversión, con un corazón más relajado y compasivo. Esto, de ninguna manera significa que no podamos responder con fuerza si lo consideramos adecuado, pero en todo caso, ésta será una respuesta consciente y no una reacción inconsciente.
 
Observa que si nos entrenamos para permanecer observando las emociones y familiarizándonos con ellas, lograremos descubrir el espacio que queda entre la sensación sentida y nuestra reacción, así cuando vamos ampliando ese espacio, podemos elegir responder en vez de reaccionar.
Para ser más claro, es necesario reaccionar cuando se nos quema el pan tostado del desayuno, pero en otras situaciones como por ejemplo un atorón de tránsito y la agresión del conductor de al lado o cuando somos criticados o traicionados, para nada es necesario aumentar el dolor de la situación añadiendo el dolor que causa una reacción instantánea e inconsciente; ¿te queda claro esto?
 
Aquí abrimos un importante tema, al caer en cuenta de la diferencia que existe entre reaccionar y responder. Cuando reaccionamos, estamos iniciando una acción automática basada en nuestra experiencia previa, muy probablemente que en nuestros prejuicios, de manera inconsciente. La respuesta es aquella que sale del momento presente, sin contaminación del pasado ni del futuro.
Es muy común reaccionar, de hecho si te das cuenta, es lo que hacemos con mayor frecuencia en nuestro día a día. Sin embargo, conectar con tu voz interior y seguirla es menos frecuente, pues requiere mayor atención. La atención es decisiva en el proceso de reaccionar o responder.
 
Apréndete estas igualdades: te servirán por siempre.
 
Atención = Respuesta       Desatención = Reacción
 
Cuando hemos aprendido a diferenciar entre dolor y sufrimiento, podemos descubrir que el dolor es solamente una llamada a la acción. Otras veces simplemente hemos de aceptar nuestras pérdidas y tragedias, pues en cualquier caso, el dolor como viene, se va. Sin embargo el sufrimiento se desarrolla a partir de nuestra reacción ante el dolor original. Valga ésta analogía: la llaga que causa una quemadura que nos produce el rozamiento con una cuerda nos duele de tal manera que necesitamos soltar la cuerda, de otra forma entre más nos apegamos a la cuerda, más sufrimiento experimentamos.
 
Por último, si intentamos poseer y controlar las cosas y personas que nos rodean, sin duda sufriremos. Si luchamos por controlar nuestro cuerpo y nuestro sufrimiento, será el mismo resultado: sufriremos.
Paradójicamente, soltar es a la vez el camino y el objetivo. Nuestra vida es totalmente mejor para nosotros y para los demás cuando logramos soltar las luchas. Esto de ninguna manera significa desentendernos, pues cuando soltamos y vemos que los otros aún sufren, se despierta de manera natural la compasión en nosotros: despertamos la capacidad de conmovernos y comprometernos más allá de nuestras heridas personales.
Nos conectamos más con lo que nos rodea.
 
Por hoy, aquí termino mi escrito. Espero te sea de utilidad.

Don Emilio Garza


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